Comenzamos esta fría mañana, retomando este segundo semestre llenos de energía y recordando que cada mes trae consigo un nuevo valor para llevar a la práctica.
Julio nos viene a enseñar de esta maravillosa virtud, fruto del Espíritu Santo, que nos permite actuar con humildad y amabilidad.
La MANSEDUMBRE es vital para que lleguemos a ser más como Cristo y es necesaria para desarrollar otras virtudes importantes.
Ser manso no significa ser débil, sino que significa comportarse con bondad y gentileza, mostrando fortaleza, serenidad, sana autoestima y autocontrol.
¿Y tú… practicas la mansedumbre día a día?
Te invitamos a ponerla en práctica